Padel Spain.- Dos jugadores de estilos algo distintos, magia y garra, juego de toque y pausa contra remate y ofensividad pura, han instaurado en Madrid su trono, y ya son los 'Maestros' de 2017. Paquito Navarro y Sanyo Gutiérrez se han adueñado de la central de IFEMA y, en dos sets dominados de principio a fin, han logrado imponerse al entusiasmo de Miguel Lamperti y Juani Mieres.

En una final algo descafeinada para algunos, pues no estaban ni Fernando Belasteguín ni Pablo Lima, Navarro y Gutiérrez ofrecieron un recital de puntos y golpes de diversa factura, escandaloso. Tanto desde el fondo de la pista como desde la red, supieron soportar los momentos de inspiración de Lamperti y Mieres y llevarse el último duelo del año, algo que Sanyo ya sabía lo que suponía, pues en sus vitrinas ya tenía dos junto a Maxi Sánchez.

Arrancaron los bahienses muy fuertes, con sobredosis de excitación por las alturas de competición, y rápidamente se pusieron 2-0, pero ahí se apagó la luz. Desde ese momento, andaluz y argentino carburaron su motor y empezaron a galopar sobre la pista, endosando un parcial de 5-0 que dejaba el primer set casi sentenciado.

Paquito estrenaba pala y patrocinio y las cosas no le podían ir mejor al lado de un jugador que hace a la perfección una de las cosas más difíciles: mover los pies como si de un velocista se tratara, pero la muñeca a muy bajas revoluciones, pausando y aguantando la dirección de su golpeo hasta el último instante, siendo capaz de envolver su ataque para que el oponente no lo descubra.

Así, se llevaron el primer set (3-6) y en el segundo fueron igualmente superiores. En esta ocasión hubo paridad hasta el 3-3 pero ahí Miguelito y Juani claudicaron y empezaron a ceder terreno, fallando Lamperti algunos remates (su mejor golpe) y Mieres encontrándose demasiado a menudo bien con la red, bien con el cristal, bien con las palas de sus rivales, que le sacaban todas las bolas que aplastaba al fondo de la pista.

Con un segundo break en el mismo set, las cosas se pusieron más que complicadas para la dupla número 4 del cuadro, que pasó al 3-5 y de ahí al 4-6, no pudiendo hacerse con este set y, por ende, dando el título a sus adversarios. El público no paró entonces de aplaudir, a los cuatro bien merecidamente, para cerrar, tras la entrega de trofeos, un año absolutamente mágico que ha tenido como colofón un pabellón (5.000 personas) repleto de aficionados enamorados de la magia de este deporte.

Turno para descansar y recargar pilas, pues el año que viene promete emociones fuertes.

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