El último choque de manos de Carolina Navarro y Cecilia Reiter
Padel Spain.- GRACIAS. Esa es la primera palabra que me sale antes de empezar a escribir esta noticia, una noticia triste por otro lado ya que nunca más veremos en acción al 'Team CyC', nunca más veremos defender los mismos intereses en la pista a Carolina Navarro y Cecilia Reiter. Una separación sorprendente, pues han sido 11 años de éxitos, de trabajo conjunto, de títulos y de reconocimientos tanto por parte de compañeros, de rivales y del público.
Dos jugadoras especiales, pioneras, diferentes en la pista (Carol con una de las mejores muñecas del circuito, un saque muy complicado y un espíritu de sacrificio increíble; Ceci con un carácter competitivo 'made in Argentina', mucha entrega, tesón y de las que nunca negocia el trabajo diario), pero con el mismo objetivo, triunfar, algo que ya hicieron hace tiempo cuando alcanzaron el número 1, mucho antes de las Mapi y Majo Sánchez Alayeto, Alejandra Salazar, Gemma Triay, Marta Marrero, Ari Sánchez... contemporáneas a todas ellas y las primeras que marcaron la evolución de este deporte a lo que conocemos hoy en día.
Como digo, Carol y Ceci marcaron un antes y un después, una línea diferente a lo que venía siendo el pádel de jugadoras como Icíar Montes, Paula Eyheraguibel, María Silvela, Araceli Montero, María Wakonigg, Belén Castrillo, Adriana Costagliola... empezando su magnífica carrera en el por entonces denominado Padel Pro Tour que luego pasaría a ser el actual World Padel Tour. El caso es que durante 3 años y 11 meses llegaron a ser las mejores, las líderes del ranking, sin que nadie les tosiera, dominando con mano de hierro, siendo tan firmes que incluso en una misma temporada levantaron 8 títulos de 9 posibles, tal y como comenta nuestro compañero Alberto Bote en el blog La Dormilona del Diario AS, quien precisamente daba la exclusiva de esta separación.
''Han elevado la categoría de equipo a un nivel desconocido en el pádel, han simbolizado el deporte en su máxima expresión tanto en la victoria como en la derrota y, además, se han convertido en el icono perfecto de que, incluso cuando tocas el cielo, el único motor que mueve a un deportista ejemplar está hecho de pasión y esfuerzo'', comentaba Bote en su artículo.
En este caso, no quiero quedarme con los títulos ni con sus números deportivos, sino con los aplausos de reconocimiento de los aficionados, del cariño que han tenido siempre con sus seguidores, sin rehuir una fotografía o un autógrafo. Quiero hablar de la constancia diaria por ir a entrenar a pesar de los dolores y las lesiones, de ganar juntas pero también por separado, una con Argentina y la otra con España, de ser ejemplo fuera del rectángulo azul y, sobre todo, de ser dos personas enamoradas de su profesión.
Desde aquí deseo que a las dos les vaya muy, muy bien, que sigan ganando y levantando a la gente de sus asientos, que sigan demostrando que el éxito como deportistas no está solo en los títulos que adornan las vitrinas, sino en el respeto de los rivales y compañeros.
¡Mucha suerte al Team CyC, aunque sea por separado!
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