Padel Spain .- Difícil artículo el encargo que me ha hecho Óscar para este mes. Me pide que opine de arbitraje y pádel y, para mí, ese tema más bien daría para una novela. Para comenzar, definiré qué es árbitro: aquella persona que debe hacer cumplir las reglas del juego en TODOS los deportes… Y eso incluye la sanción a todo jugador que infrinja el código de conducta.

Ser árbitro en cualquier deporte no es fácil pero, además, en pádel, se producen una serie de circunstancias que lo complican aún más:

Árbitro único: A excepción de los mundiales, el árbitro de pádel en fases finales de un cuadro de competición profesional es único. Desde aquí digo que sería fundamental contar con árbitros de línea auxiliares porque cualquiera se puede dar cuenta que la valoración de un punto de impacto al saque desde la altura de la silla es imposible. Me encantaría que alguien me dijera como se puede ver el impacto en un jugador zurdo que saca a la izquierda de la silla en la posición de drive.

Un árbitro debe asumir que será criticado tome la decisión que tome. Si no actúa, es pasivo y no vale para nada; si actúa, es que tiene afán de protagonismo. O sea, no tiene salida! Pero eso no debe influirle. Tiene una misión clara y le pagan por realizarla.

Los árbitros muchas veces no tienen razón pero los jugadores la pierden casi siempre. Si las cosas fuesen como tendrían que ser, otro gallo cantaría. Por desgracia, esto es como todo: depende del carácter del árbitro, de la situación de juego y de mil cosas más que no tendrían que influir. Lo que sí tengo claro es que éste es el deporte donde el árbitro, salvo excepciones, no existe y... sin árbitro, tampoco existe el deporte. ¿Alguien se imagina una final en Wimbledon si el Adjani o Bermúdez de turno?

He visto en alguna ocasión como, tras cantar el árbitro un resultado, los jugadores deciden repetir el punto. No entiendo como el árbitro en cuestión puede permitir eso pero, desde luego, en otros deportes eso sería inviable. Si Federer-Nadal en una final, deciden repetir un punto, o se ponen de acuerdo dos equipos de fútbol para no tirar un penalti que ha pitado el árbitro, todo el mundo pensaría que se han vuelto locos… Creo que hasta sería noticia en los telediarios. Mi pregunta es: ¿Por qué en pádel se produce y a nadie le extraña? Evidentemente es culpa del árbitro permitir esa situación y soportar que le falten al respeto de esa manera.

Analicemos la polémica jugada del partido de Málaga, en el que una de las gemelas Sánchez Alayeto fue sancionada por el árbitro. Ahora resulta que es "porque quiere protagonismo". Desde aquí les aseguro que dudo mucho que cualquier árbitro quiera ese tipo de protagonismo porque sería masoquista. Sencillamente cumplió con su obligación de imponer una sanción a un jugador que infringió el código de conducta. Si hubiese hecho lo contrario, sería un incompetente y creo que el hecho de que haya árbitros que miren a otro sitio ante una acción sancionable, además de poner de manifiesto su incompetencia, les lleva a cometer una injusticia hacia aquellos jugadores cuyo comportamiento en pista es impecable.

Soy de la opinión que debería existir un Comité de Disciplina Arbitral, con el que se evitaría la actuación de incompetentes y sancionaría los errores que se cometen.

Pero sigamos con el análisis de la jugada. Al término del partido ninguna de las 2 jugadoras le dio la mano al árbitro. Pues bien, eso también lo considero sancionable porque es una falta de respeto al juez de silla o sea, una  conducta antideportiva que se encuentra descrita como acción sancionable dentro del código de conducta que transcribo a continuación:

CONDUCTA ANTIDEPORTIVA.

Los jugadores en todo momento deben comportarse de una manera deportivamente correcta evitando cualquier acción que vaya en contra del espíritu deportivo, o de la competición o, en general, del respeto a las normas establecidas o al juego limpio.

Volvamos a ejemplos anteriores. He visto mucho tenis en mi vida y jamás, aunque hubiera sanciones por medio, un jugador le negó la mano al árbitro al finalizar el encuentro. ¿Son más profesionales? Seguro que sí. No queramos que el pádel sea un deporte profesional cuando los protagonistas no demuestran, en ocasiones, la más mínima profesionalidad.

Mientras esto siga así, por favor no hablemos de profesionalidad ni nada que se le parezca. Sencillamente es una pachanga o así se lo parece a no pocos del público. Que el público pite una decisión arbitral, va con el sueldo pero… me molestan los comentarios que oigo en las gradas en contra de personas que cumplen con su trabajo. Creo que TODOS tenemos la culpa que eso sea así. En mi opinión, sencillamente una lástima.

María de la Rocha