Padel Spain.- Hay rutinas de ejercicios para todo. Pero, siempre debes estar atento de que sean amigables con tus huesos.

El respaldo de nuestro organismo se llama esqueleto. Este está formado por una cantidad importante de huesos que, a su vez, tienen compuestos internos que van evolucionando a lo largo de los años. Sobre todo, cuando se va alcanzando una edad más avanzada, empiezan a perder fuerza y apoyarlos con buenas rutinas de ejercicios, será siempre beneficioso.

También debes estar consciente de la importancia de tener una nutrición deportiva adecuada, ya que la alimentación va directamente vinculada a todo el funcionamiento del organismo, por lo que no puede una estar bien si la otra no lo está.

Entonces, vamos a explorar de qué forma pueden contribuir algunos ejercicos, que inclusive puedes hacer desde casa, para que te sientas bien por fuera y estés aún mejor por dentro.

La mecánica de los huesos

Muchas personas pueden llegar a pensar que el crecimiento de los huesos ocurre durante la niñez y, a partir de ahí, permanecen estáticos de adultos. Pues bien, es grato informar que esto no ocurre así.

En la parte interna de los huesos conviven dos elementos conocidos como osteoclastos y osteoblastos. Los primeros son los encargados de desechar todas las partículas de huesos muertos, mientras que los segundos se encargan de regenerar las partículas necesarias.

Ahora bien, este proceso de regeneración se puede volver más lento a medida que se va envejeciendo, por lo que es común que ocurran los deterioros en la masa ósea y se empiecen a generar problemas de salud orientados a este entorno, como la bien conocida osteoporosis.

Rutinas de ejercicios

Para cada cosa que emprendamos en el mundo de la ejercitación, debemos tener un respaldo. Por ejemplo, un jugador de pádel necesitará tener una buena salud en sus pies, por lo que no es raro que visite un podólogo en Valencia.

Pero, en este caso, el asunto puede ser un tanto más sencillo ya que existen diferentes técnicas para mejorar la salud ósea. En primera instancia, los especialistas recomiendan el uso de pesas. Evidentemente, no será una aplicación para desarrollar musculatura, por lo que no se debe buscar hacer más fuerza de la necesaria. Se tratará, más bien, como una terapia.

En cuanto a la parte baja del cuerpo, hacer simples ejercicios como saltos o trotes suaves, puede ayudar a mejorar el estado de las piernas y del área lumbar. Y, si la persona sufre de problemas de circulación en los miembros inferiores, el uso de calcetines de compresión puede aliviar las molestias en buena medida.

Asimismo, será posible apoyarse en equipos que se tengan disponibles en casa y que contribuyan a una forma más cómoda de ejercitarse. Tal es el caso de una bici eléctrica, cinta de andar y correr, máquina de spinning, entre otros.

El hecho está en que no es directamente vinculante la edad a tener que perder calidad en los huesos. Con una jornada diaria de ejercicios que se enfoquen al problema y una sana alimentación, se pueden conseguir cambios muy favorecedores en poco tiempo.

Otros datos importantes

En general, las personas tenemos el mal hábito de asociar los problemas óseos a una falta de calcio. Por ello, es común ver como personas de la tercera edad se abarrotan de cápsulas de calcio para mejorar el desempeño de los huesos. Pero, ellos no solo están formados por este compuesto.

La realidad es que los huesos tienen unos 12 tipos de minerales diferentes con los que hacer frente a todo el peso que les cae encima. Por esta razón, es ilógico pensar que se puede obtener un equilibrio con el consumo de uno solo de ellos.

De los minerales restantes que se necesitan, están algunos como la vitamina D y la K2, el potasio, el magnesio y el sodio. Una forma muy natural de conseguir hacerse con todos ellos es consumiendo sales naturales no procesadas. Algunos estudiosos del área aseguran que la mejor es la sal del Himalaya y, con ella, se pueden conseguir cambios positivos realmente visibles.

También será necesario incluir otros compuestos como el Omega-3 que es posible de conseguir en alimentos de consumo cotidiano como pescados o frutos secos, razón por la cual consumirlos más a menudo es beneficioso para todo el organismo.

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