Es indiscutible que las dos disciplinas reinas en los deportes de raqueta son el tenis y el pádel. Mientras que el tenis lleva décadas asentada como una de las principales actividades deportivas, el pádel no ha dejado de ganar popularidad desde que hizo su aparición en 1969.
Aunque comparten parecidos razonables, como el uso común de una pala o raqueta y la pelota como eje del juego, sus dinámicas, exigencias físicas y entorno social presentan notables diferencias. Como amante de este tipo de deportes, a la hora de elegir cuál vas a practicar dependerá de diversos factores como tu condición física, tu disponibilidad de tiempo, tu personalidad como deportista y, cómo no, tus objetivos tanto recreativos como competitivos.
Apuestas deportivas, la dimensión común
De entre sus similitudes cabe destacar el entorno de las apuestas, donde ambos deportes comparten campo de juego y el interés de la afición y de los apostadores ha crecido de manera paralela.
Aunque tal y como ocurre con su trayectoria el tenis aún tiene más peso en el mundo de los pronósticos deportivos, la cada vez mayor visibilidad que están sucediéndose en los torneos de pádel ha permitido un rápido crecimiento de este en relación al interés de los apostadores.
Sin embargo, a día de hoy, el tenis sigue siendo uno de los deportes con mayor volumen de apuestas a nivel mundial, solo por detrás del fútbol, en buena medida gracias a esa cobertura total de cada campeonato, por poseer unos calendarios bien definidos y el seguimiento que se lleva sobre los rankings ATP y WTA.
Las apuestas deportivas de tenis actuales permiten a los aficionados analizar estadísticas, condiciones de la pista y rachas de jugadores para realizar selecciones cada vez más informadas. Por su parte, el pádel también, por estas mismas razones está ganando protagonismo en las casas de apuestas, especialmente en países como España y Argentina, aunque su crecimiento todavía es más incipiente.
Diferencias en exigencia física, técnica y experiencia social
Es fácil de ver y comprobar que, en relación a lo físico, el tenis exige una preparación cardiovascular y muscular más alta. Y es que, este deporte se juega en pistas más grandes, los puntos suelen alargarse más y la exigencia para mantener un nivel competitivo alto es considerable. Por otro lado, siendo un deporte más individual, la gestión mental, la concentración y el enfoque son fundamentales, ya que se está solo ante el rival, el marcador y las emociones del partido.
Por su parte, el pádel está considerado como un deporte muy accesible para principiantes. La pista más pequeña, las paredes que permiten rebotes y la dinámica de juego más colaborativa hacen que sea más sencillo para los iniciados disfrutar desde los primeros partidos. Además, al ser un deporte de dobles, favorece la socialización, el trabajo en equipo y permite mantener la intensidad sin que el desgaste físico sea tan extremo como en el tenis.
El nivel de técnica es otra diferencia clave. Es el tenis el que necesita desde el principio una técnica más depurada, especialmente en los saques. Por su parte, la curva de aprendizaje que requiere el pádel es más sencilla, por lo que la técnica puede quedar relegada en post de procesos más divertidos y motivadores.
¿Qué deporte te conviene más?
La respuesta está clara después de repasar este texto. Si se busca aumentar la resistencia, velocidad, reflejos y mentalidad competitiva, el tenis deberá ser la actividad a realizar. Si solo se pretenden mantenerse en forma y buscar una fórmula sin tanta exigencia y más divertida y social, entonces no hay duda, el pádel es donde el jugador se encontrará realmente cómodo.
En cualquier caso, ambos mejoran la coordinación, la agilidad y la salud cardiovascular, pero con un enfoque y una exigencia bastante diferente.