París, el Major francés, tendrá su duelo en la cumbre, el que hoy por hoy quieren todos los torneos y aficionados pero que en Madrid no se pudo dar, quedando el último ya algo lejos. Las parejas nº1 y nº2 se vuelven a ver las caras.
Y lo harán tras ofrecer dos semifinales diametralmente opuestas. Si Ale Galán y Fede Chingotto salieron a su partido y arrasaron, los líderes del ranking generaron alguna duda inicial más, si bien luego se encargaron de disiparla.
El madrileño y el argentino superaron con suma contundencia y con un derroche fantástico de pádel a Miguel Yanguas y ‘Coki’ Nieto. Los dos españoles, de juego fantástico y eléctrico, no encuentran todavía la senda para atacar a las dos mejores parejas del ranking y hacerles daño y cuando encima estas tienen un partido sublime en la estadística, las distancias son aún mayores, lo que se acabó por demostrar en el marcador (6-0 y 6-2).
Coello y Tapia, de las dudas al dominio con Lebrón volviendo a dejar una imagen pésima
Antes de todo eso, hacían acto de aparición en la Philippe Chatrier los mejores de la clasificación, Arturo Coello y Agustín Tapia, secundados por Franco Stupaczuk y Juan Lebrón. Una pareja sólida con otra efervescente capaz de lo mejor y de lo peor, y dieron ambas imágenes.
Porque el inicio fue para los chicos de Carlos Pozzoni, tremendamente enchufados con las voleas, subidos a la red, dominando el juego, tanto que llegaron a estar 1-4 arriba e incluso 2-5 y con la sensación de que podían dar un mazazo importante. Pero nunca hay que dar por perdidos a Coello y Tapia.
Sin demasiado brillo, pero siendo eficientes, empezaron a cambiar la dinámica, con el vallisoletano tirando globos muy altos y profundos que impedían el remate rival y a ellos colgarse en la red, ofreciendo siempre la amenaza del juego aéreo, mientras que en el otro lado apareció la desesperación.
La combustión de Lebrón fue en aumento y por momentos se tornó incontrolable incluso para su técnico, llegando a su punto álgido tras haber recuperado los de Gustavo Pratto los dos breaks de desventaja. Salida al banquillo y las palabras de Lebrón llegaron a encender incluso a su compañero: «Es lo de siempre, flaco», le decía el andaluz a Stupa, quien contestaba «¿Cómo lo de siempre? Si fallaste tú la anterior, fallaste dos bolas, hermano».
Lebrón: «Se te quedan todos los globos cortos»
Stupa: «¿Qué globos cortos? Si le pegó una sola Tapia. Boludo, ves lo que querés ver. Vamos a darle la mano a los rivales».
Lebrón: «No te veo gritando, no tienes carácter, boludo vamos a ganar»
Stupa: ¿No tengo carácter? Vos no tenés huevos hermano, dejá de mariconear
Y aunque la discusión siguió, todo con Pozzoni mirando muy detenidamente a los suyos, Juan se levantó y se metió en la pista sin escuchar instrucciones y en el resto de cambios ´hasta el final, se volvía antes a la pista.
Así acabó el partido, pues Agus y Arturo siguieron con su remontada hasta cerrar el set (7-5) y después en el segundo fueron un vendaval (6-2) que esta vez sí jugó a placer.
Al final, Lebrón se fue rápidamente, cuando casi ni se habían sentado a festejar sus rivales la victoria, visiblemente enojado pero con una actitud impropia de un jugador profesional, con muy mala imagen hacia su equipo, hacia los aficionados y hacia el deporte. No sabemos si esta pareja perdurará en el tiempo o no pero lo que está claro es que es necesario un cambio de actitud toda vez que Stupa, tras aguantar bastantes salidas de tono en el banco, por fin ha decidido responder.
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