Cerraron la puerta a cal y canto las favoritas, pues todas querían estar en cuartos aunque como en todo cerrojo, siempre hay alguien que consigue si no colarse, sí mirar por una rendija a ver qué se esconde al otro lado, y en algún caso fue así.
Los octavos de final femeninos de Dubái dejaron a todas las principales parejas clasificadas, pero a algunas de ellas con mínimas incomodidades, como las ganadoras del Mundial, Ari Sánchez y Paula Josemaría, quienes ante trabajaron con celeridad y de manera excelsa en el primero ante Martina Fassio y Patty Llaguno, pero en el segundo vieron cómo las rivales les encontraron las cosquillas y les obligaron a dar un plus más, especialmente una Fassio que en los últimos tiempos está experimentando una sensible mejoría (6-3 y 7-6).
Con idéntico marcador pero con parciales cambiados, Martita Ortega y Tamara Icardo enterraron todas las opciones de Lucía Sainz y Raquel Eugenio (6-3 y 6-4), mientras que Alejandra Alonso y Claudia Jensen hicieron lo propio con Noa Cánovas y Laia Rodríguez (6-4 y 6-3).
Resultado muy parecido obtuvieron Gemma Triay y Delfi Brea (6-4 y 6-2) frente a Bea Caldera y Carmen Goenaga, quienes lo intentaron pero sin el favor de las musas en esta ocasión; Sofia Araújo y Andrea Ustero mandaron de vuelta al hotel a Lucía Martínez y Nuria Rodríguez con un rotundo 6-2 y 6-4.
Marina Guinart y Vero Virseda se encontraron con la efectividad por bandera ante Alix Collombon y Jana Montes (6-3 y 6-1) mientras que la dupla nº3, Claudia Fernández y Bea González, encontró algo de las buenas sensaciones perdidas y lamió sus heridas ante Aranza Osoro y Victoria Iglesias (6-3 y 6-2) para luego ver cómo Alejandra Salazar y Martina Calvo se daban un festín ante Carolina Navarro y Melania Merino, demostrando que habían aprendido la lección del día anterior (6-0 y 6-0).
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