Barcelona, ciudad que ya sabe de épicas en esto del pádel, que no es ajena al espectáculo ni a los resultados inesperados, ha vuelto a abonarse a la épica, a la ilusión total, a los aplausos y al llanto, y lo ha hecho elevando a dos jugadoras a lo más alto.
Otra vez Barcelona, otra vez el Palau Sant Jordi, otra vez con resultados contra pronósticos y con dos jugadoras que no partían como favoritas por ranking pero sí por cómo venían en el último tramo de temporada. Con la flecha hacia arriba.

Bea González y Claudia Fernández se impusieron a las nº1, Gemma Triay y Delfi Brea en un duelo de voluntades, un combate narrado por el incesante repiqueteo de la bola contra las palas y por un Palau que se mantuvo en vilo desde el principio y hasta el final.
El inicio fue un choque de alta tensión, jugando las cuatro con pulso firme y experiencia, buscándose las cosquillas a base de golpes y poniendo tensión dentro y fuera de la pista, pues si unas golpeaban, las otras respondían y ninguna lograba separarse.

El primer set fue caminando por la vía de la igualdad y definido únicamente por un break que permitió a las de Gaby Reca ponerse ligeramente por delante, solo un paso, pero más que suficiente (4-6).

Pero en el deporte, como en la vida, los campeones no son los que nunca caen, sino los que se levantan una y otra vez, y Gemma y Delfi demostraron su condición de favoritas con un golpe ENORME sobre la mesa. El segundo set fue el punto de inflexión, un relámpago de estadística perfecta, pues uno tras otro fueron encaminando no uno, ni dos, ni tres, sino seis juegos seguidos, noqueando a una Bea ampliamente superada y a una Claudia que no lograba enchufar a su compañera, y eso que ni Triay ni Brea habían logrado un solo break en el partido hasta el momento, pero en el segundo los consiguieron todos. Tejiendo una tela de araña imposible de esquivar ni deshacer, la de Manacor y la argentina aceleraron sin mirar atrás y no jugaron, tocaron una melodía mágica, de ensueño, para poner un 6-0 que mandaba todo a la conclusión final.
En el set decisivo volvimos a ver batalla, recuperando la ‘Perla del Palo’ su nivel, su poderío aéreo y su cobertura de espacios a pesar de que las nº1 siguieron encendidas con un 2-0 de entrada. Claudia escudaba en defensa y Bea manejaba en ataque, mientras que tanto Gemma como Delfi intentaban a petición de su entrenador, Rodri Ovide, esquivarla, y jugar más por el lado de la madrileña, pero Bea González se hacía enorme en la pista y la ilusión del título en memoria de su abuelo podía con todo.

Una bola de contrabreak ponía el 2-1 y otro arreón el 2-2 para dar otro golpe moral con el 2-3. Había partido. Al paso por el ecuador, la pareja nº3 lideraba con un 2-4 pero las nº1 recuperaron ligeramente el terreno (3-4), si bien ahí terminó su resistencia. Dos juegos más para la dupla nº3 y con Delfi al saque, un 0-40 sepultó todas sus opciones.

Juego, set, partido y título (4-6, 6-0 y 3-6), mirando al cielo, envueltas en aplausos, con alguna lágrima de emoción y sonrisas. El título viaja a Madrid y, sobre todo, a Málaga, al cielo, donde el abuelo de Bea lo habrá visto orgulloso, disfrutando de su nieta, de su título de Maestra en el Finals. Un título que les convierte en eternas y que permite, además, que Claudia se convierta en la jugadora más joven en levantar este entorchado, superando precisamente a su compañera, quien ostentaba ese honor desde 2023.





