No ha habido apenas discusión en la final femenina de Buenos Aires. Ni el cansancio, ni la fiebre han podido con Ari Sánchez y Paula Josemaría (especialmente con esta última), autoras de una oda al pádel, un partido casi perfecto, escrito con pluma y tinta, como si de un incunable se tratara.
Todo les salía, para todo encontraban solución y en ningún momento vieron peligrar su triunfo pues suyo fue el dominio, el ataque y la defensa. Si hubiera que poner una nota…matrícula de honor.
Ante Claudia Fernández y Bea González, pareja que parece haberse sumado a la pelea en la parte alta (ojalá llegue alguna más para hacerlo todo más atractivo si cabe), sestearon primero, midieron, tomaron notas y luego arrasaron. Hasta el 2-2 todo se mantuvo igual, pues ninguna de las cuatro perdía su saque y no había diferencias en el partido. Sin embargo, la primera opción de break llegaría en el sexto juego, a favor de las nº1, quienes peleaban defendiendo y atacando, especialmente Ari, hasta que una bola al cuerpo obra de la catalana impedía una devolución clara de la joven madrileña, cuyo golpeo se quedaba en la red, haciendo el 4-2.
A partir de ahí, todo fue cuesta abajo para las de Claudio Gilardoni, enrachadas hasta el 6-2 que les daba el primer paso hacia la conquista del torneo.

A pesar del mermado estado físico de Paula, tanto ella como Ari no pararon ahí, no se conformaron con ese primer impulso y buscaron otro más, atacando de entrada y de nuevo abriendo el marcador, aunque ahora de manera mucho más prematura. Del 0-0 pasaron a un 3-1 que mostraba la realidad de lo que ocurría en la pista: las nº1 dominaban en los momentos más importantes de cada juego.

Ampliaron su diferencia (4-1) demostrando que anímicamente estaban mucho mejor y que la frustración de Claudia y Bea iba en aumento, pues querían pero no podían. El entramado táctico de las líderes del ranking superaba cualquier obstáculo, primero entrando más en juego Paula y después dejando su lugar a Ari, quien amasaba y amasaba la pelota y acumulaba volumen hasta que definía bien ella o bien una Josemaría que elegía siempre bien, mostrando una enorme regularidad.
Al paso por el octavo juego, las números 1 dese hace cinco años sentenciaron, con un 6-2 y 6-2, obteniendo un título más, el número 40 como pareja (revalidando además el conseguido en 2024 y recuperando el nº1) y levantando los aplausos del público argentino. Juego, set, partido y título para ellos, uno más, para seguir metiendo presión al frente de la tabla.