Un año ha tenido que pasar hasta que Ale Galán y Fede Chingotto han vuelto a saborear las mieles del triunfo. Se les ha resistido pero quizá donde menos se pensaban lograrlo, lo han hecho. El Major de Roma vuelve a ser territorio ‘Chingalán’.
El pasado año fue una de las últimas pruebas en las que el madrileño y el argentino lograron tocar metal, para ver cómo después de verano el crecimiento de Arturo Coello y Agustín Tapia fue imparable…hasta hoy, aumentando considerablemente su margen al frente de la clasificación, pero con un trabajo enorme y un despliegue físico del español además de una rapidez de reflejos y una inteligencia táctica brutal del pequeño ‘ratón de Olavarría’. La mala racha ya es historia.

El madrileño y su compañero salieron a por todas desde el comienzo, sabiendo a la perfección qué tenían que hacer y cómo debían hacerlo, buscando constantemente la espalda de un Coello que no parecía encontrarse demasiado cómodo y cuyos tiros no tenían la mordiente de otras ocasiones. Demasiado errático para sus números habituales, el vallisoletano fue el que más sufrió y por donde se empezó a encontrar hueco al paso por el séptimo juego, pues este cayó en las manos de Ale y Fede con solvencia (3-4) para luego abrir por fin ventaja desde el resto (3-5) y volver a romper gracias a un remate de Galán que empezaba a dar muestras de lo que sería el segundo set (3-6).
Esa desventaja obligaba a los de Gustavo Pratto a subir el nivel, mientras que en el otro banquillo se avisaba de esta situación y se pedía concentración y mantener el suyo. Dicho y hecho.
Primer saque para los nº1 y al bolsillo (1-0) para luego salvar el madrileño y el argentino tres bolas de break en contra en el suyo (1-1) y entrar el partido en una dinámica que favorecía más a los hombres de negro, que rompieron y se llegaron a poner 4-2. Pero entonces apareció Alejandro Galán Romo.
El español se colgó su habitual capa de súper héroe y acaparando la mayor pista posible, se desfondó para frenar las acometidas rivales y crear confusión al otro lado de la red, pues eran casi dos contra uno y no podían con él, y encima Chingotto se sumó a la fiesta con un punto extra de agresividad y dinamismo. Se encendían las alarmas en el banquillo de Pratto y sacaban el fuego de artillería en el de Jorge Martínez, contento con lo que veía de sus chicos. Así, recuperaron lo perdido (4-4, 5-5) y entonces rompieron los nº2.

Más juegos en su marcador para terminar de cerrar el capítulo y aunque cerca estuvieron de forzar el tie break, otra rotura de Ale y Fede acabaría con los sueños de una pareja que venía siendo determinante esta temporada. El Major de Roma se les escapaba de las manos (3-6 y 5-7).

Ale y Fede sonreían y se abrazaban, exhaustos pero con el premio merecido bajo el brazo. Un título que les reencuentra con la victoria. Demasiada sequía para una pareja (el parcial era de 9-0 en contra en los últimos torneos) como esta que, a partir de ahora, querrá más.