Los comienzos nunca son fáciles, máxime si eres joven y tienes que pelear con gente más experimentada que tú, más grande, más fuerte y que sabe competir mejor que tú, pero la constancia siempre acaba dando sus frutos. Eso es lo que les ha pasado a Ramiro Valenzuela y Pol Hernández.
Estos dos jóvenes jugadores se unieron hace ahora un año y medio, sin puntos, bregándose en torneos del CUPRA FIP Tour para coger horas de vuelo y después, en las previas, sumando poco a poco hasta, incluso, obtener acceso a varios cuadros finales, todo ello con mucho esfuerzo, sacrificio, trabajo y horas de avión.
Ahora esa unión llega a su fin y el proyecto se separa pero dejando atrás multitud de vivencias y una gratitud mutua que siempre llevarán en el recuerdo. Ambos se han desecho en elogios entre ellos y han dejado la puerta abierta a una posible unión de cara al futuro que ojalá vuelva a darse.