El pádel nos regala momentos como estos muy esporádicamente, pero los ofrece. Un pabellón puesto en pie, coreando dos nombres al unísono y aplaudiendo sin parar. Decibelios a tope, humo y confeti, y dos grandes protagonistas.
En el corazón de Madrid, en el Movistar Arena, bajo las luces que parecían incendiar la pista, Martín Di Nenno y Leo Augsburger escribieron una de esas páginas que quedarán grabadas en la memoria del pádel. No se trató solo de una victoria, sino de una auténtica gesta deportiva: con determinación y una entrega que rozó lo heroico, la pareja argentina se impuso en un duelo vibrante que mantuvo al público sin aliento de principio a fin. Cada punto fue una batalla, cada golpe un grito de resistencia y ambición, hasta que el marcador final proclamó su conquista. Habían logrado lo imposible.

Frente a ellos estaban rivales de jerarquía, curtidos en mil batallas, jugadores capaces de dominar la pista con autoridad y ganar aunque no jugaran bien. Sin embargo, el domingo 7 de septiembre quedará grabado como el día en que Arturo Coello y Agustín Tapia perdieron por primera vez en la temporada, como el día en que dos argentinos lograron la gesta de eliminar a las parejas nº1, nº2 y nº3, todo en apenas tres días.
El aguante de Di Nenno y el poderío aéreo de Augsburger, unido a su desparpajo, sellaron un triunfo memorable. Con esta victoria en el Madrid P1 no solo dejaron huella en el torneo, sino que confirmaron que su reciente unión ha caído de pie y que pueden desafiar a cualquiera.
El favoritismo era, lógicamente, para Coello y Tapia pero, como les ocurrió varias veces a lo largo de la semana, no fue su mejor torneo, no terminaban de encontrarse cómodos en Madrid y a lo largo del partido sufrieron vaivenes, especialmente un Tapia que necesitaba ser atendido por los médicos e incluso necesitó que le tomaran la tensión y el oxígeno, tapándose con la toalla y solicitando sobres para mezclar con el agua. Sin embargo, eso no quita el descomunal esfuerzo realizado por los pupilos de Cristian Gutiérrez, quienes en ningún momento perdieron de vista el partido, ni siquiera tras encajar un 6-4 en la primera manga.
Jugaron a lo que saben: Martín aguantando y Leo asolando por arriba, tirando de hambre y de energía aunque sus piernas estaban fatigadas. Gracias a ello consiguieron hacer que los pupilos de Gustavo Pratto fallaran más de la cuenta y que acumularan hasta 19 errores no forzados por los 7 de ellos en el segundo set, haciendo que su ascensión fuese un poco más sencilla (3-6).
Quedaba la gloria algo más cerca, llegar a tocarla o morir en el intento. Con Tapia intentando abarcar más pista de la necesaria y sufriendo, tirando de pundonor y apoyándose en su compañero, emergió el genio de Posadas. Leo Augsburger se echó el partido a sus espaldas y con apenas 21 años convirtió el 20×10 en una pista de vuelo. Emergía en salto una y otra vez, en su lado y en el de Martín, recuperaba, jugaba por abajo y volvía a reventar la pelota, todo para ser gigante en el Movistar Arena.

Con su cara de aparentemente despistado se volvió disfrutón y pidió la complicidad del público con cada una de sus acciones al tiempo que Di Nenno le arengaba y su entrenador les pedía cabeza. Pero su cabeza estaba en el título. Un 6-4, 3-6 y 4-6 cimentado con esfuerzo y pasión, con hambre y h… para conseguir así su primer título en Premier Padel como pareja y también a título individual. Martín Di Nenno lo merecía, y él solo ha hecho que arrancar una historia que puede ser maravillosa.