Penúltimo día de competición en Rotterdam, con las semifinales en juego y por decidir quiénes se iban a ver en el duelo final. Lo que ocurrió es que acabaron ganando los de siempre, aunque con sensaciones muy diferentes a las de otras veces.
En la primera eliminatoria, Ale Galán y Fede Chingotto se veían con Franco Stupaczuk y Juan Lebrón, un enfrentamiento entre ex que siempre se mira con lupa y que siempre deja detalles más allá de lo deportivo.
Arrancarían los cuatro con todo lo que tenían, poniendo tierra de por medio ligeramente los integrantes de la pareja nº2 (4-2), haciendo correr mucho a Stupa y sacándole por exigencia fallos impropios en él pero despertando a su vez a un Lebrón que estaba prendido. Sin embargo, ello no evitó que hubiera un nuevo arreón de Galán y Chingotto (5-3) hasta que en el noveno juego, con el saque de Stupa, una bola suya se fuese al cristal para cerrar así la primera manga (6-3).

La tónica siguió igual en el segundo, con ambas parejas siempre pegadas en el marcador hasta pasar ampliamente el ecuador del set (4-4), momento en el que los de Carlos Pozzoni rompieron el saque rival y se pusieron por primera vez por delante (4-5). No obstante ni pudieron ni supieron aprovechar el margen conseguido y de hecho, apareció en ese momento la peor versión de un Juan Lebrón que hasta entonces estaba jugando un gran partido. Chingotto empezó a maniatarle y a dominarle en el cruzado con bandejas profundas y voleas, y le cosió al fondo de la pista, y él y Galán volaron, recuperando la desventaja y sumando dos puntos seguidos después para acabar el choque con un 6-3 y 7-5, sumando presencia en una nueva final.

En el otro duelo, Arturo Coello y Agustín Tapia vieron encendidas ligeramente las luces de alarma ante ‘Coki’ Nieto y Miguel Yanguas tras un envite inicial soberbio de los dos españoles, a los que se les apagaron todas las ideas poco después.
De un ida y vuelta constante, un fuego de artillería enorme, con un Yanguas mostrando una resistencia y una capacidad anotadora espectacular, consiguiendo lo que muy pocos, hacerle un set a los nº1 (4-6). Aunque eso provocase una reacción atómica.
Abrieron las compuertas del dominio Coello y Tapia y, como dos caballos desbocados, salieron a galopar por la pista holandesa, a moverse y a activarse como pocas veces se ha visto, multiplicándose en cada golpeo, en cada transición, demostrando que si juegan al máximo, hoy por hoy son totalmente inalcanzables.

El toque de atención sirvió para que, en los dos sets siguientes, encajasen un único juego y ellos anotaran 12, dándole la vuelta por completo al parcial. Del 4-6 se pasó en un abrir y cerrar de ojos al 4-6, 6-1 y 6-0, con Yanguas y Nieto mostrando cara de incredulidad ante el terrible cambio y la ocasión perdida.
Pero los nº1 son así, y estarán este domingo en una nueva final, buscando revalidar el título conseguido el pasado año y, de paso, vengarse de la última derrota ante ‘Chingalán’