A pesar de tener las cosas muy difíciles, volvieron a sacar toda su garra. Y esta vez, para dar el golpe definitivo, para asegurar el título y, por ende, el nº1 de la temporada. Arturo Coello y Agustín Tapia vuelven a ser los mejores.
La victoria en el Major de México, más apurada que en otras ocasiones, les asegura terminar 2025 como ya lo hicieran en 2024 y 2023. Buscaban el triplete y ya lo tienen.

El partido ante Ale Galán y Fede Chingotto fue tensión pura desde el inicio, pues había mucho en juego, y la diferencia de puntos permitía a los de Jorge Martínez soñar, pero debían derrumbar un muro inexpugnable para muchos; ellos ya lo habían hecho durante el año, pero tocaba volver a hacerlo, y Arturo y Agustín no estaban por la labor.
Así comenzaron las hostilidades en el decimotercer cara a cara entre ambos de este año, un duelo que comenzaba de cara para los hombres de negro, anotándose un break en el tercer juego con el que obtendrían una ventaja mínima pero suficiente. Lo mantuvieron hasta el final y con él dieron el primer paso pese a los intentos de devolver el golpe de ‘Chingalán’ (6-4).

El inicio del segundo parcial iba a ser toda una declaración de intenciones. Las camisetas de los cuatro transpiraban, las piernas no cesaban de moverse y las palas buscaban ángulos imposibles con los que hacer daño, la subida de revoluciones era una realidad y tocaba vaciarse, unos para igualar la contienda y pelear y los otros para cerrarla definitivamente.
Galán y Chingotto encontraron aire y rendijas, cogieron resuello y empezaron a percutir, haciendo el boquete cada vez más grande (2-5); sin embargo, si por algo se caracterizan los de Gustavo Pratto es porque tienes que matarlos varias veces, porque si no, siempre vuelven a la pelea, y lo volvieron a demostrar. Les igualaron al término del décimo juego (5-5) y consiguieron luego forzar la muerte súbita, final cruel o de gloria, según el lado de la pista.
La suerte dispar del tie break cayó del lado de los campeones, factor suerte a su favor, por 7-5, y les permitió cerrar el duelo por 6-4 y 7-6 tras 1:43 horas de enorme batalla, lucha titánica, que les convertía nuevamente en reyes en Acapulco y les daba su bien más preciado, el nº1 matemático.

Decimosegundo título del año para ellos, números impresionantes que, no cabe duda, buscarán ampliar en Barcelona, en el Premier Padel Finals, donde ansían llevarse un entorchado que sí se les resiste de manera conjunta: el título de Maestros.






