¿Alguien sabe cómo frenar a las Fieras?

Padel Spain.- Parecen estar obsesionadas en querer ganarlo todo. Carolina Navarro y Cecilia Reiter conquistaron en Mallorca su séptimo título de la temporada, el sexto consecutivo, tras volver a superar en el encuentro de lucha por el título a Icíar Montes y Patty Llaguno. En esta ocasión, se impusieron por 6-3, 2-6 y 6-1.

Las números 1 del Circuito bwin Pádel Pro Tour extendieron su reinado y se hicieron con el Trofeo Oxidoc de los VII Internacionales Ciudad de Palma. Con este triunfo, además, aumentaron a 24 el número de partidos sin conocer la derrota ya que no pierden desde la final de Madrid. Imparables, siguen incrementando su ventaja en el ranking.

Un choque muy divertido

Y muy cambiante y hasta más igualada de lo que reflejó el marcador. Al menos, eso fue lo que pasó en los dos primeros sets ya que las campeonas dieron un paso adelante y sacaron a relucir toda su garra y toda su clase en la tercera y definitiva manga.

En los primeros instantes del compromiso, Navarro y Reiter imprimieron un ritmo vertiginoso. Las ‘fieras’ jugaron a una gran velocidad y sorprendieron a sus rivales con un tempranero break. Pese a que Montes y Llaguno lograron contrarrestar la ‘furia’ inicial de las números 1, lo que no pudieron evitar fue una nueva rotura al servicio de Icíar en el noveno juego, con la que las grandes favoritas cerraron el set.

Las revoluciones disminuyeron en el segundo parcial y eso permitió que Patty e Icíar se sintieran más cómodas. A partir del 2-2, llevaron el partido a su terreno, impusieron su ritmo, se aprovecharon de los muchos errores no forzados de sus rivales y consiguieron cuatro juegos consecutivos para forzar el tercer set.

El duro golpe despertó a Carolina y Cecilia. Tras el descanso, regresaron embravecidas a la pista y descargaron toda su rabia en cada golpe. Rompieron el saque de Icíar en el segundo juego, el de Patty en el cuarto y siguieron de largo hasta el 5-0. En ese momento, la final estaba decidida. Montes y Llaguno salvaron el cero, pero nada pudieron hacer para evitar la derrota.

Antes de celebrar nada, Navarro miró al cielo, se persignó, abrazó a su compañera y se largó a llorar. La dedicación para su amiga Sonia. Un triunfo disfrutable pero con sabor agridulce para la malagueña.