Respondieron los cuatro protagonistas de la final de Brasil a lo que quería la afición: pelea y más pelea, entrega y desgaste extremo. Se veían las caras, por primera vez en lo que va de temporada, las parejas 1 y 2 del ranking y se notó que entre ellos había ganas y cuentas pendientes.
Maxi Arce y Franco Dal Bianco partían como favoritos con dos títulos ya en el zurrón y en busca del tercero, mientras que ‘Tolito’ Aguirre y ‘Tito’ Allemandi buscaban ese golpe de efecto ante sus mayores rivales y el primero de la temporada y en esa pelea de intenciones fue el pádel el que salió ganando.
Bueno, y también Arce y Dal Bianco, aunque para conseguirlo sufrieron lo indecible y terminaron al borde de los calambres y las subidas de gemelos pues, como admitía el propio Maxi al término de la entrevista final, »parece que nos gusta sufrir».
Allemandi y Aguirre se adaptaron mejor a las condiciones de juego desde el inicio, ya lo venían demostrando durante todo el torneo y en la final no fue diferente; de ahí que, a partir del 2-2 que serviría de tanteo, fuesen ellos los que tomasen el mando viniéndose arriba y obteniendo un total de cuatro juegos seguidos ante la impotencia de los nº1, que vieron cómo el set se les escapaba de las manos (2-6).
Eso sí, reaccionaron como lo que son, campeones, y tiraron de corazón y garra, fuerza y potencia, empezando a fabricarse no solo más opciones de smash, sino a abrir ángulos imposibles que contestaban ‘Tolito’ con golpes magistrales de muñeca y ‘Tito’ con una defensa numantina, lo que empezó a subir los decibelios en la grada en forma de aplausos y el nivel del partido, que ya de por sí era alto. En esta segunda entrega, romperían en el primer juego el saque de Aguirre y con esa ventaja navegaron toda la serie, hasta igualar la contienda con un 6-4 muy ajustado.
Y en el tercero aparecían otra vez los fantasmas, los miedos de Arce y Dal Bianco. Mal inicio el suyo, otra vez por debajo en el macador (0-3) pero esta vez teniendo que remar para empatar sí o sí, el partido obligaba a ello. De ahí se pasó a un 2-5 que ante cualquier otra dupla hubiese sido definitivo, máxime teniendo en cuenta las prestaciones que estaban ofreciendo los nº2 del ranking, pero ante los bicampeones de este año…nada es indiscutible.
Gustavo Volpi alentó y conectó a los suyos desde el banquillo y el chip cambió por completo. Empezaron a jugar más sueltos, eléctricos nuevamente, conectando sus puntos habituales y a poner en problemas a los que estaban al otro lado de la red, quienes veían cómo la distancia fabricada se achicaba más y más hasta el 5-5 sin terminar de creérselo, y luego forzando nuevamente el tie break cuando Allemandi y Aguirre estaban a solo dos puntos de obtener la victoria.
La muerte súbita sería la encargada de ponerle fin al partidazo y esta vez el ranking dictó sentencia en favor de los que venían remontando, aprovechando estos sí la primera bola de partido de que dispusieron. Un 2-6, 6-4 y 7-6 inconmensurable que puso al pabellón en pie y que sirvió para que Maxi Arce y Franco Dal Bianco levanten su sexto título de los siete últimos torneos disputados. Seguirá la pelea pero esta final quedará para siempre en las hemerotecas.
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