Ha sido uno de esos jugadores que siempre ha apuntado alto por juego y, sobre todo, por condiciones físicas, pues este es uno de los aspectos en los que más ha destacado pero que, también, más le ha perjudicado.
Y es que Ramiro Moyano ha decidido colgar la pala, siendo este 2025 su último año en activo, debido a las diferentes lesiones que le han ido lastrando poco a poco y que, hoy por hoy, le impiden desenvolverse con normalidad en la pista, correr, saltar y exigirse al máximo.

Ahora mismo está más centrado en la enseñanza, siendo una de las imágenes de la Rafa Nadal Academy, y tiene claro que su futuro está en los banquillos, formando a otros jugadores en activo o futuras promesas, tal y como contaba a Isaías Blaiotta del medio Veinte Diez.
La familia es uno de sus grandes pilares, y aunque si hijo mayor, Juan Pedro, está ahora mismo viviendo y empezando a competir en Argentina, su familia la tiene en Mallorca (tanto su hija Candela de ocho años como la pequeña Gala recién nacida y su actual pareja), y es en lo que quiere centrarse principalmente, aunque admite que su último deseo es «retirarme jugando un torneo junto a mi hijo, ojalá se dé la oportunidad, me encantaría. Está entrenando con Seba Mocoroa en La Plata y está dando ya sus primeros pasos. Ojalá Dios nos escuche y se pueda cumplir».




