Tarde de película para Bea González y Claudia Fernández. Ni en sus mejores sueños el guion podría haberles salido tan redondo y tan positivo, pues les permitió levantar la corona en Dubái y, sobre todo, alargar un poco más la pelea existente por el nº1.
Seguramente sonreirían en el hotel Ari Sánchez y Paula Josemaría pues sus grandes rivales, Gemma Triay y Delfi Brea, que partían como favoritas, prácticamente desaparecieron en el primer acto y al final no llegaron a su objetivo, que prácticamente hubiese supuesto el adiós definitivo a la lucha por el trono del pádel femenino.

Las dos españolas brillaron con luz propia, fueron el alma de la fiesta, siendo capaces de alargar durante muchos minutos el dominio que mostraron en diferentes momentos en semifinales, mostrando una gran determinación desde los primeros compases, en los que ya impusieron un ritmo demoledor que fueron asentando a base de breaks; uno tras otro caían a su lado del banquillo y les permitían abrir hueco, encajando sus rivales un parcial muy severo en apenas 30 minutos de juego.
Llegaron a estar 0-3 en el marcador Bea y Claudia, con esta última acumulando mucho volumen de juego y siendo capaz de sujetar a Delfi en el cruzado y de hacer daño a Gemma con tiros por el paralelo que le sorprendían constantemente. Así llegó el primer set con un 1-6 más que contundente.

En el segundo la cosa estuvo más igualada y no pudieron las de Gaby Reca desprenderse en el marcador. La sinfonía y el afinado de las notas era el mismo que hasta hace un rato, pero sus rivales habían aparecido por fin y el partido tomó otros derroteros, con mucha más actividad en los dos lados de la pista, no solo en uno.
Seguían Fernández y González actuando con soltura e imaginando huecos que solo ellas podían encontrar, golpeando cuando más duele, en la parte final, en el séptimo juego para marcharse por delante al banquillo (3-4) y certificar la final con su saque (3-5), pero respondieron con un giro de guion inesperado y le metieron suspense al final Triay y Brea. Les pedía Rodri Ovide activación, ir en bloque, pelear y jugarle a Claudia, que podía estar más nerviosa, y con ello consiguieron alargar la pelea (5-5) hasta que fue precisamente Claudia la que volvió a abrir la puerta (6-5) para, en el duodécimo juego aguantar las embestidas rivales que provocaron que Bea se sacara una volea no demasiado fuerte que provocó el error, una bola de Delfi a la red para sentenciar la final (1-6 y 5-7).

Esta no es solo una victoria más. Para Bea y Claudia representa un retorno triunfal a la senda de la victoria tras un tiempo sin saborearla, obteniendo la andaluza su título número 20 y la madrileña el décimo en su carrera profesional.





