Ha regresado con sus enseñanzas nuestro entrenador de cabecera, Hugo Cases. El técnico, que llegó a estar en el ranking 31º del mundo y durante cuatro años consecutivos fue Campeón Absoluto de Madrid, nos desvela las claves para rendir más si nos encontramos estancados.
Cases nos ofrece en su último artículo su experiencia como jugador amateur primero, luego profesional y, por último, desde el banquillo, enseñando a muchos practicantes que se frustran por no avanzar, desmitificando la idea de que si se golpea más fuerte se consiguen más puntos.
¿Quieres conocer sus trucos? ¡Pues entonces sigue leyendo!
1. Tu mano «mala» es tu fuente secreta de potencia y control
La mayoría de los jugadores piensa que la mano no dominante solo sirve para sujetar la pala en la posición de espera. En realidad, es una pieza fundamental para generar potencia, equilibrio y control en casi todos los golpes.
En golpes como el revés o la volea de revés, la fuerza no nace únicamente del brazo dominante. Justo antes del impacto, ambas manos crean una «retención» en la pala. Al soltar la mano no dominante, esta actúa como un ancla que se va hacia atrás, compensando el movimiento del brazo que golpea y equilibrando todo el gesto. De esta liberación de energía controlada es de donde sale la verdadera fuerza de tu revés.

2. Deja de rematar la bandeja: piénsala como una volea alta
Uno de los cambios de mentalidad más transformadores que puedes aplicar es dejar de pensar en la bandeja como un remate por encima de la cabeza. Este enfoque, muy común entre amateurs, lleva a golpear la bola en un punto demasiado alto. El resultado es un rebote pronunciado en la pared de fondo del rival, convirtiendo tu golpe en una oportunidad de ataque fácil para ellos.
La técnica correcta, según el método de Hugo Cases, es tratar la bandeja como una «volea alta de derecha». El objetivo es impactar la pelota a la altura de la cara o de los ojos, no por encima de la cabeza. Al hacerlo, la trayectoria de la bola es mucho más paralela al suelo.
3. Para defender mejor, primero da un paso hacia atrás
El error más común en la defensa de fondo es correr instintivamente hacia la pelota. Este movimiento precipitado provoca que golpeemos demasiado cerca del cuerpo o en un punto de impacto demasiado alto, lo que resulta en una pérdida total de control y en devolver una bola fácil al rival.
El principio fundamental para una defensa sólida y consistente es exactamente el contrario: crear espacio. Cuando recibas una bola con velocidad desde el fondo de la pista, tu primer movimiento no debe ser hacia delante, sino un pequeño paso hacia atrás mientras preparas el armado del golpe. Esto requiere disciplina, ya que debes luchar contra el instinto de precipitarte hacia la bola. Este ajuste te da el tiempo y el espacio necesarios para que la pelota «entre» en tu zona de impacto ideal, que se sitúa entre la cadera y la rodilla. Este pequeño cambio mejora drásticamente tu consistencia, te permite dirigir la bola con intención y te convierte en un jugador proactivo que dicta el ritmo desde el fondo, en lugar de uno reactivo que simplemente sobrevive.
Si te han gustado sus consejos, puedes seguir leyendo el resto del artículo en su blog. Y prepárate, porque dentro de poco te traeremos más recomendaciones y enseñanzas para que sigas mejorando.





