Es lo que tienen los torneos outdoor, que dependen del capricho de la madre naturaleza. No es el primero ni será el último torneo que tiene que pararse y recomponerse por la lluvia, a pesar de estar a finales de junio y en Valladolid. Pero así es la mística de la Plaza Mayor.
La cita, una de las pocas que sobreviven en un calendario cada vez más plagado de pruebas a cubierto, se ha visto avocada a la suspensión temporal este martes debido al líquido elemento, que aparecía y desaparecía como el Guadiana, queriendo divertirse, jugar con la organización, el espectador y los jugadores, que no sabían si calentar y jugar o ponerse a cubierto. Al final, tanto fue el cántaro a la fuente, que llegó la suspensión.

Sólo se pudieron jugar cuatro partidos de la ronda inaugural, que se suman a los del día anterior; cuatro encuentros que fueron de menos a más y que empezaban a prometer espectáculo.
Las primeras en tomarle el aire al día fueron Alix Collombon y Araceli Martínez, quienes tuvieron ligeros problemas de inicio ante Sandra Foguer y Lucía Fernández, sensación de la zona de previas, pero que poco a poco fueron cogiendo el mando de las operaciones y acabaron por mandar sin oposición alguna (7-6 y 6-1). Dominio total de Bea Caldera y Carmen Goenaga ante Jana Montes y Marta Arellano, demasiado superadas por la intensidad y el acierto rival. Caldera y Goenaga no permitieron el más mínimo atisbo de resistencia y en menos de una hora habían cerrado su partido (6-0 y 6-3).

Subirían después las revoluciones con la puesta en escena de Lucía Martínez y Marta Marrero, midiéndose a dos «viejas conocidas» como ellas, Marta Talaván y Teresa Navarro; duelo entre cuatro jugadoras que se conocen a la perfección y que por eso mismo nos dejaron una gran entrega para intentar abrir huecos y ponerse por delante.
Ese era el objetivo principal para luego asestar el golpe definitivo y aunque ninguna pareja lo logró con contundencia, sí que Martínez y Marrero fueron dando pasos sobre seguro hasta que terminaron por conquistar la cima en su ascenso (7-5 y 6-4).

El último partido del día antes de hacer un «alto el fuego» tuvo a la recuperación de Marina Guinart y Victoria Iglesias como gran protagonista. Olía a gran sorpresa por parte de Laura Luján y Lèa Godallier tras el compás inicial (3-6), pero supieron rehacerse las españolas para darle la vuelta al luminoso.
Con ánimos renovados y nuevas instrucciones, salieron a morder y a llevar más peso en el partido, activando su juego y logrando ahora ellas los breaks que les daban espacio y tranquilidad; hicieron dos sets calcados para convertir una casi eliminación en una clasificación completa con un 3-6, 6-3 y 6-3.